Morte antes da vida

Loide Afonso: Poema ‘Morte antes da vida’

Loid Portugal
Loid Portugal
Imagem criada por IA do Grok

Com quantos paus se constrói uma canoa, afinal?

Os tais faróis
Da cidade
Quase não brilham
Piscam

Cima
Baixo afinal
Eles não são obrigados
A nos eluminar

Os fios corridos
De cores variadas
São a prova
De que a vida
Também tem sua
Vida

Eu não fico calada
Por querer falar pouco
Aprendi a gostar
Da voz do silêncio

Quem falou que a vida termina quando alguém morre?

Loid Portugal

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Cuando mueren los ángeles

Marta Oliveri: ‘Cuando mueren los ángeles’

(Cuento del Libro LEYENDAS)

Marta Oliveri
Marta Oliveri
Imagen creada por IA - 25 e agosto de 2025, às 15:38 PM
Imagen creada por IA – 25 e agosto de 2025,
às 15:38 PM

Lo que voy a relatar a continuación, dijo el ala de un ángel no es ni una fábula, ni siquiera lo que algunos personajes del saber suelen denominar un texto narrativo. No siento deseos inaugurar el pesado deber de divertir a mis lectores, porque he aprendido que de la diversidad está hecha el alma fragmentaria. No
es difícil descubrir el Enigma que llevamos dentro de nosotros. Algunos por un motivo u otro, nacen de un soplo semejante al de los Azules inconmensurables, esos que no tienen explicación científica en la bóveda celeste que abraza a la tierra.

Era un paraje desierto como todos los parajes que abundan allá por las tierras lejanas del medio oriente. Un calor agobiante se clavaba sobre la arena, ningún refugio, ninguna vegetación, salvo esporádicos cactus y zarcillos.

Dos peregrinos, un hombre y una mujer con un recién nacido en los brazos, marchaban cubriéndose con un manto contra los fuertes remolinos de arena. Se los veía agobiados, la sed y el hambre los acosaban, caminaban hundiendo sus sandalias en la arena hiriente. Y sus labios estaban resecos por sol implacable y el viento.

Cuánto tiempo había pasado desde que iniciaron su peregrinaje, ya no podían recordarlo. El hombre miró el horizonte, llevaba el pecho desnudo y un turbante. Se restregó los ojos y le dijo a su mujer:
Mira, allí hay un Oasis. Puedo ver las palmeras y el agua refleja los colores de sus hojas—. Cayó luego sobre la arena, se arrastró unos apenas pasos, finalmente murió.

La mujer logró caminar un tiempo más. No había ningún oasis tal como le anuncia a su esposo. Logró, ampararse, hacia el atardecer entre unas matas secas Un gran cactus, daba una sombra extendida en el oblicuo crepuscular y allí se durmió abrazada a su hijo.

Desafortunadamente no la sorprendió el alba durante la noche el agotamiento había terminado con su pobre corazón y el niño quedó solo, arrinconado junto al pecho de la madre. Bebió los últimos sorbos dulces que aún brotaban de sus senos.

Podría haberlo recogido algún animal mítico o algún milagro del desierto. Nada de eso. El niño cayó en un profundo sueño donde las criaturas oníricas nos relatan otras geografías. Y aun dormido el pequeño sintió que dos suaves manos bajaban del cielo y lo abrigaban, tal vez fuera la luna. Tal vez el espíritu de un ángel perdido.

Es sabido cuando los ángeles pierden el camino de la virtud. Recuperan el sendero de La Piedad.

Este fue tal vez el destino del nuevo ángel que subía ahora a los cielos de los sueños, carne de la carne sangre de la sangre, hijo de la tierra sembradora, hijo de los oráculos. Y así vivió sus años en el umbral de lo real y la desmesura del onírico.

Anduvo él peregrinando por los más diversos territorios, se hizo mercader, zapatero, poeta, alcohólico. E incluso asesino, posiblemente producto de una pasión desavenida. No es para asustarse, el corazón humano bombeaba en él con la intensidad de todas las pasiones y… si Dios era todos y cada uno, si Dios estaba en todas partes, a él, qué era un ángel, le era ha dado actuar como todos los hombres

Más cómo suele suceder en los relatos de corta traza. Es menester decir qué pasó el tiempo, Demás estaría contar las excesivas rencillas, aventuras y desventuras que acompañaron su vida. Un ángel suele ser excesivamente entrometido en las cosas del mundo y sus historias son infinitas y no siempre de mucho interés.

De modo que el tiempo dejó caer su reloj de arena. Irremediable, CRONOS que aún se da el lujo de envejecer a Los Ángeles y a los dioses. Entonces luego (por mencionar algunos de sus avatares) de haber perdido más de cincuenta estancias tres reinos Y un imperio. De haber llevado las costras de la virtud como Job, sobre su cuerpo y más tarde, en la madurez predicar las Bellas Artes del amor por sobre todas las formas de la moral.

El ángel, ya agotado de tanta fábula, volvió al desierto. Se sentó junto al cactus donde había muerto su madre. Y en un gesto de sumo desprendimiento, me arrancó de sus espaldas entregándome al dios de los vientos. Después cerró los ojos. Y en un segundo sueño, bajo el gran Enigma de lo real, volvió a ser un hombre. Un hombre sencillo. De esos que no poseen grandes ambiciones, Así como tampoco mayores ideales. Un hombre como todos en el tablero perfectamente diagramado de la historia humana.

Desde entonces vago en mi destino errabundo sin quejarme. Mis sueños acompañan a los de la pluma y la niña. Mi alma vuela solitaria como una hoja de otoño en el secreto de la metáfora, que es la vida en el inicio de sus fulgores.

¿Cuándo mueren Los Ángeles? La respuesta es sencilla: Un ángel muere cuando ha comenzado a suponer que es un hombre.

Marta Oliveri

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Poetizo, logo vivo – II e III

Pietro Costa: Pensamento ‘Poetizo, logo vivo – II e III’

Pietro Costa
Pietro Costa
Criador de imagens do Bing - 22 de abril de 2025,  às 12:51 PM
Criador de imagens do Bing – 22 de abril de 2025,
às 12:51 PM

A solidão é a companhia mais leal e ardilosa; já a vida, um enigma que se desata com a morte.

Pietro Costa

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Quando a morte a mim vier me visitar

José Bembo Manuel: ‘Quando a morte a mim vier me visitar’

José Bembo Manuel
José Bembo Manuel
Imagem criada por IA do Bing – 17 de janeiro de 2025 às 9:46 AM

Quando a morte a mim vier visitar
Intrusa e arruaceira
Sedutora
Estrondosa mente deixará
Corações divididos estarão.

Substitua-se o amargo pelo doce da poesia
Que nela estarei vívido
Que sejam rasgados os engana dores
Que línguas e bocas mudarão o curso do rio noticioso
Que presenças não sejam colhidas
Que o mundo é mundo apenas
Enquanto o universo num verso se resume.

A religião onde Nzambi é aprendiz
O karma da arte-mãe
Karma de inquietas almas
Anestesia de tensões
Onde bocas se calam
É a estrofe proferida do olimpo.

Se um poema for lido
Um poema e mais nada
Se uma música for sentida
Que seja uma 10arranjada
Um drama de qualquer pedaço do mundo for exibido
O folclore continuará profundo
Calem-se as vozes sonoras
Que eu terei vivido o suficiente
E minha viajem é ritmo d’arte banhada
E por ela sou ente arte em transmutação.

Quando a morte a mim vier visitar
EU, o único culpado
Publicidades, not!
Yes, mostra de artes
Com presentes
E se a solidão me acobertar
Que se enunciem os versos mais sublimes
Qualquer que seja
Poetas não têm pátrias
Poetas são do universo
E eu no verso quero estar embalado.

José Bembo Manuel

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A Grande Fúria do Mundo

Paulo Siuves: Crônica ‘A Grande Fúria do Mundo’

Paulo Siuves
Paulo Siuves
“…Pois sabemos que, ao fim, nos teus braços, seremos todos iguais, todos silenciosos, todos eternos na tua fúria serena.”
Imagem criada pela IA do Bing

Ah, Morte, és tu a eterna sombra que percorre as trilhas da vida! Na imensidão do viver, és o ponto final que a todos iguala. És a grande fúria do mundo, a inevitável tempestade que varre os sonhos e as esperanças, deixando atrás de ti o silêncio frio do vazio.

Tu, que decides o fim de todas as jornadas, vens com teu manto negro e teus olhos sem vida, apagando a chama da existência. Teu toque é gelado, arrepiando os vivos, teu abraço é a morada derradeira que a todos acolhe sem distinção. És a irmã sombria da vida, a companheira inseparável do tempo, que caminha ao lado dos mortais, lembrando-lhes constantemente da finitude de seus dias.

Em cada pôr do sol, no declínio das horas, vejo teu reflexo, Morte, na agonia dos últimos raios de luz. És a consumação de todos os momentos, o suspiro final que nos arranca da carne e nos devolve ao pó. Nos teus braços, acabam as dores e as delícias, acabam as lutas e as conquistas, e resta apenas o silêncio impenetrável do nada.

Oh, grande fúria do mundo, tua presença é um paradoxo cruel. És temida e desejada, repudiada e acolhida. No teu seio os cansados descansam, os atormentados encontram paz. Mas, ao mesmo tempo, és o terror dos corações, o fantasma que assombra os sonhos, a certeza que corrói a alma.

Tu, Morte, és a revelação do efêmero. Em teu nome, o homem constrói monumentos e cria memórias, na vã tentativa de se perpetuar além de ti. És o espelho em que se refletem todas as vaidades, a prova de que, diante de ti, somos todos frágeis, todos perecíveis.

No entanto, há quem te veja como a libertação suprema, o fim das amarras da existência. És a porta para o desconhecido, o portal para o infinito. Na tua escuridão, há quem encontre a luz, na tua ausência, há quem encontre a plenitude.

Ah, Morte, grande fúria do mundo, és o dilema insolúvel da vida. Na tua sombra, somos chamados a viver intensamente, a amar com urgência, a sonhar sem limites. És a adversária que nos impulsiona, a força que nos desafia a encontrar significado no breve lampejo de nossa existência.

E assim, enquanto caminhamos na tua direção inevitável, tentamos, em cada passo, fazer valer a jornada. Pois sabemos que, ao fim, nos teus braços, seremos todos iguais, todos silenciosos, todos eternos na tua fúria serena.

Paulo Siuves

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Eu sou a morte

Francisco Evandro de Oliveira: ‘Eu sou a morte’

Francisco Evandro Farick
Francisco Evandro Farick
O vírus da covid-19
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Eu nasci bem nos confins da China, em uma pequena cidade chamada Wuhan e meu senhor me criou para não gostar de brancos, negros, morenos, pardos, caboclos, mulatos ou de qualquer outra cor de pele do ser humano. 

E também não faço distinção de muito milionário, milionário, ricos, pobres e miseráveis, porque todos a quem eu beijo, recebem quase sempre a minha marca: a morte; e eu sorrio, porque deixei o mundo perplexo e apavorado com o nascer de minha existência. 

O objetivo do meu senhor sempre foi dizimar as economias dos países ocidentais e de outros continentes, para tornar seu país poderosíssimo! 

Obriguei a todos do mundo atual voltarem a conviver socialmente e isso foi outro dos meu intuitos, para voltarem a conversar normalmente entre si; os lares agora estão com vida ativa, tudo porque não desejam receber o beijo de minha marca, que é letal e todos fogem de mim!!! 

Estão desesperadamente procurando algo para eliminar minha existência. Sei que sou frágil, muito frágil em minha membrana plasmática, assim dizem os especialistas em infectologia, porque não resisto a dois minutos a luz solar.

 Minha existência foi causada pelo excesso de egoísmo existente e exacerbado entre os seres humanos, o orgulho, o pedantismo, o excesso de pobreza existente no mundo, por causa de economias de países ricos que dizimam a de países pobres e levam o povo à miséria!!!! 

O excesso de pornografia e a moral mais baixa do que o solo, o elevado desrespeito da população às autoridades constituídas somente nos países democráticos. 

Tudo isso fez com que eu nascesse para poder fazer o mundo se voltar para o Criador ou, pelo menos, voltarem a conviver com mais sabedoria para que possam desfrutar de um mundo melhor e em paz. 

Por isso, todo aquele que não foi beijado por mim e não recebeu a minha marca, é porque foi escolhido pelo Criador para continuarem na Terra e perpetuarem a espécie, porque, eu sou a marca, sei bem sei que meus dias estão contados e sinceramente almejo que o mundo tenha entendido meu nascimento. 

Quanto ao povo brasileiro sei que é um povo emblemático que tem todas as condições e sairá, após muitas perdas, dessa situação que causei a todos vocês porque são carismáticos e tem grandes pessoas exponenciais. 

No Rio de Janeiro eu fui vencido por um nordestino e por várias outras pessoas, mas eles me venceram porque mereceram.

Francisco Evandro de Oliveira

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 Solilóquio de um escritor

Ella Dominici: ‘Solilóquio de um escritor’

Ella Dominici
Ella Dominici
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A desconhecida ideia é tímida regalia 

Quando pensamos ao desconhecido,

Damos às ideias o nosso convivido;

mas por vezes ignoramos o convívio óbvio

Chamamos à morte o ocaso,

casualmente aviva-nos nova vida

Sentindo o opróbrio, é nele que nos baseamos ao propor-nos um pedaço

de universo desconhecido

Talvez infalível como entremear de rosas,

Talvez comestível, livre do veneno que o poeta não lançou,

poderia ser sossego.

Teria o gosto quieto e calmo como o gesto dos botões às brisas,

e a inquietação pueril das farras de meninos

Isso tão novo, como um ícone de beleza que não fora provada.

Consolar-me-ia um pouco da nulidade em que vivo

Perverter o enlevo para burlar o fim?

Sendo a perversão o fim da transparência.

E é no límpido que vibra alguma alma

com as minhas palavras.

Ouve-me alguém que não só eu?

Ella Dominici

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