Marta Oliveri: Cuento ‘La espiga negra’


às 12:37 PM
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, en épocas difíciles de precisar, esas que por decir de algún modo rompen con la línea de Cronos. En aquellos benditos lugares de Nunca Jamás, o Había una Vez. Creció entre las flores de un jardín, una pequeña espiga negra.
En verdad, más que espiga era una extraña flor cuyos pétalos semejaban los delicados flecos de una pluma apenas abiertos, sutiles y suaves al tacto, casi intangibles. Alzó la espiga, su delgado tallo como una deslumbrante sombra entre tantos coloridos matices.
Quien primero la descubrió fue la brisa que deslumbrada por su etéreo porte, inmediatamente se enamoró de ella y olvidándose del resto solo a la espiga negra meció.
Y en las noches, secretamente, besaba su frágil cuerpo, haciendo que ondulara en danzas semejantes a las de una odalisca. Y obnubilada por su amor, la brisa terminó olvidándose de la existencia de las otras flores, de las pequeñas y rechonchas margaritas, incluso de las amapolas, los lirios y hasta de las rosas.
¡Esto es inadmisible!. Dijeron las flores mirando con malos ojos a la espiga negra. ¿Con qué derecho acapara todos sus favores?.
No podemos desplegar nuestros pétalos, ni lucir nuestra hermosura. Agregaron indignadas.
A mí, hasta me empieza a faltar el aire. Se quejó una amapola. Y las rosas del rosal agregaron molestas. ¡Míranos, parecemos estatuillas de vitrina!, sin movimiento, el rocío se nos estanca en los pétalos y quedamos rígidas como malas réplicas de esas que habitualmente venden como baratijas.
Yo pienso que la ha hechizado, afirmó con ánimo una margarita, las otras agregaron coreando. Es rara y negra, ¿Quién ha visto crecer entre flores decentes a una espiga negra?
No hay duda, dictaminó un lirio:¡Es una mutación de la naturaleza, de ahí sus extravagantes costumbres!.
¿Costumbres? Preguntó un Jazmín
Claro, respondió el lirio. Ondular como una odalisca seduciendo a la brisa, ¿o no has visto como enloquece cuando meciéndola la besa con su aliento que huele a raras especias?
¡Es verdad! Es verdad!. Corearon las margaritas. ¡Sin duda es una mala semilla que ha caído por desgracia en este jardín!. Un sitio de buenas costumbres, por no agregar: un espléndido sitio para el recogimiento y la contemplación, como corresponde a los jardines que se precien de tales.
“Sin duda.” Y en este punto todos estuvieron de acuerdo.
La espiga negra, de naturaleza melancólica, ya de por sí no podía reaccionar frente a aquel conjuro de chillones infundios, notaba que su vida estaba a merced de las circunstancias, era presa de lo que los demás decidieran hacer con ella y esto pesó mucho en su frágil corazón, porque efectivamente, aun siendo una pequeña espiga, una rara creación vegetal, un malentendido de la naturaleza, tenía un corazón, motivo por el cual no podía escapar al sufrimiento.
Y cuando llegó la brisa para besarla, notó que sus delgadísimos pétalos estaban humedecidos. Era de noche y el rocío no se haría sentir hasta el inicio del alba, por lo tanto, aquello no era el rocío, sino lágrimas que brotaban directamente del centro de su tallo donde tenía alojado su pequeño corazón de flor silvestre
La brisa comprendió en el acto el motivo de su pena, dado que conocía muy bien la naturaleza de las flores y admitió que de algún modo era culpa suya haber marcado la diferencia. Y también supo al instante la confabulación que se estaba tramando en el jardín.
Es que la hechicería de sus fulgores, la oscuridad, su luz extraña. Todo ello, era parte de lo que indignaba a las almas vulgares.
Entonces llamó a su hermano el viento mayor, cuyo aliento desprende aún las más férreas raíces,
y el viento vino y plegó sus alas sobre la espiga negra, arrancándola de la tierra sin herir su raíz, elevándola por encima de aquel jardín de buenas gentes para llevarla muy lejos a un territorio donde crecen las criaturas extrañas y negadas a la vista de los mortales ojos.
Allí, están los exiliados de este mundo que protegen el tesoro de los tiempos, los sueños, las metáforas y el amor de los hechizos con el que se nutre el corazón de las fábulas.
Marta Oliveri
- O mistério da rua sem saída - 5 de dezembro de 2025
- Uma noite inesquecível em Manhuaçu! - 3 de dezembro de 2025
- N.A.I.S.L.A - 2 de dezembro de 2025
Natural de Sorocaba (SP), é escritor, poeta e Editor-Chefe do Jornal Cultural ROL. Acadêmico Benemérito e Efetivo da FEBACLA; membro fundador da Academia de Letras de São Pedro da Aldeia – ALSPA e do Núcleo Artístico e Literário de Luanda – Angola – NALA, e membro da Academia dos Intelectuais e Escritores do Brasil – AIEB. Autor de 8 livros. Jurado de concursos literários. Recebeu, dentre vários titulos: pelo Supremo Consistório Internacional dos Embaixadores da Paz, Embaixador da Paz e Medalha Guardião da Paz e da Justiça; pela Soberana Ordem da Coroa de Gotland, Cavaleiro Comendador; pela Real Ordem dos Cavaleiros Sarmathianos, Benfeitor das Ciências, Letras e Artes; pela FEBACLA: Medalha Notório Saber Cultural, Comenda Láurea Acadêmica Qualidade de Ouro; Comenda Baluarte da Literatura Nacional e Chanceler da Cultura Nacional; pelo Centro Sarmathiano de Altos Estudos Filosóficos e Históricos, Pesquisador em Artes e Literatura; Pela Academia de Letras de São Pedro da Aldeia, o Título Imortal Monumento Cultural e Título Honra Acadêmica, pela categoria Cultura Nacional e Belas Artes; Prêmio Cidadão de Ouro 2024, concedido por Laude Kämpos. Pelo Movimento Cultivista Brasileiro, o Prêmio Incentivador da Arte e da Cultura,


Lo mismo que la espiga podría ser un ser, oscuro y rústico por fuera pero luminoso y pródigo por dentro, destinado a esas zonas donde mora lo sublime de la verdadera belleza y los sueños, lejos de ese otro, mezquino y vanidoso. Bella fábula queuestra en las flores, el corazón humano
Quizá, todavía haya un lugar en el mundo mundo en el cual aflorn los sueños y los sentimientos sublimes… Que sean cántaros alados que nazcan y renazcan entre el perfume de las flores, y sobre todas las cosas, desde el corazón humano.
Gracias por compartir ésta fábula aleccionadora para éste mundo tan complicado y hostil en el cual nos toca transitar hasta que Dios quiera.
Felicidades. Bendiciones infinitas.
brendabeauvoir@gmail.com
Mil Gracias poeta
Quizá, todavía haya un lugar en el mundo mundo en el cual aflorn los sueños y los sentimientos sublimes… Que sean cántaros alados que nazcan y renazcan entre el perfume de las flores, y sobre todas las cosas, desde el corazón humano.
Gracias por compartir ésta fábula aleccionadora para éste mundo tan complicado y hostil en el cual nos toca transitar hasta que Dios quiera.
Felicidades y bendiciones infinitas.
Brenda Beauvoir- Escritora Argentina.
Dije, ” que existan flores aladas”…. Brenda Beauvoir